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La trama y los hilos del embarazo adolescente

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La trama y los hilos del embarazo adolescente Empty La trama y los hilos del embarazo adolescente

Mensaje por M.Kaminecky Dom Feb 17, 2019 10:51 pm

CONCEPCIÓN DE MATERNIDAD EN EMBARAZADAS ADOLESCENTES EN CONTEXTOS DE POBREZA URBANA


Voy a partir de algo tan repetido en ciencias sociales pero no por eso menos cierto, que el lugar que las personas ocupamos en el espacio social está estrechamente vinculado con las representaciones y visiones del mundo que nos formamos por eso las personas de diferentes culturas tienen particulares conceptos de sí mismas.
Cómo se conciben las personas a sí mismas, y cómo conciben a los otros , está fuertemente ligado a la organización de la sociedad, las normas jurídicas, las costumbres y la mentalidad de esa sociedad, de manera que está lejos de ser un proceso de construcción autónoma, como se entiende desde el racionalismo.
Este trabajo se pregunta cuál es la concepción de maternidad de un grupo de adolescentes embarazadas que viven en contextos de pobreza urbana, y se responde con el material que aportó un año de conversaciones con estudiantes de la carrera de Trabajo social en una institución de formación técnica, ( Instituto Superior de Formación Técnica Nº 180 de Moreno) de la Provincia de Buenos Aires, mientras realizaba entrevistas cualitativas con 13 familias de madres adolescentes cuyas edades oscilan entre 13 y 17 años, que han sido mis alumnas en la escuela secundaria.
Los/las estudiantes de Trabajo Social, realizan habitualmente sus prácticas en instituciones sanitarias y educativas barriales donde intercambian descripciones, diagnósticos y teoría con sus respectivos profesores orientadores, y en las clases suelen dar cuenta de las tensiones entre imaginarios, discursos y prácticas que manifiestan las madres adolescentes , en lo que respecta a relaciones de género, sexualidad, prácticas reproductivas, concepciones de maternidad, de hijo, relación con el padre de la criatura , con la familia del padre y la propia, lo cual se convierte en una fuente para el análisis y la interpretación antropológica .
Ocuparnos por conocer qué piensan de la maternidad algunas madres adolescentes en contextos de pobreza urbana, que viven en la zona Oeste del Conurbano bonaerense , está directamente conectado con los intereses de la antropología porque se trata de conocer otros modos de construir subjetividades, de sostener prácticas y visiones, y esto forma parte del diálogo cultural que promueve esta disciplina.
Se trata de jóvenes que viven en contextos de variada pobreza, porque la pobreza se presenta con distintas tonalidades aún cuando estructuralmente dialoga con la misma matriz de desigualdad y opresión que el capitalismo reserva a grandes franjas de la población. Pertenecen a los que llamamos sectores populares, es decir, grupos sociales ubicados en una situación desventajosa respecto de la apropiación de capitales materiales y simbólicos que el sistema capitalista dispone actualmente producto de la larga explotación del trabajo. Familias numerosas que viven en viviendas precarias en barrios que no cuentan con todos los servicios , donde la falta de recolección de residuos está a la vista en la primera visita, con miembros de la familia que tienen trabajos inestables y cuando se tiene trabajo no se está registrado, por lo tanto no se cuenta con obra social, ni con los aportes jubilatorios y se está expuesto a la arbitrariedad de muchas horas de trabajo por sueldos que oscilan desde 8.000 pesos , a 13.000 pesos y algunos alcanzan 18.000 pesos. También la mayoría de estas familias cuentan con planes de asistencia o beneficios sociales que son un aporte no suficiente pero importante, como por ejemplo las jubilaciones o pensiones de los abuelos y abuelas que muchas veces salvan la falta de recursos, situación que morigera la precariedad pero no aparta de la condición de pobreza y a su vez se convierte en un dispositivo de manipulación electoral.
Recientes planteos teóricos de la descolonialidad del poder y el saber promueven análisis que parten de la impugnación del programa moderno, racionalista y universal que construyó occidente como paradigma único de comprensión para todos los problemas, incluso las problemáticas socio-culturales. Esta propuesta consiste en desmontar la lógica de oposiciones desde la cual se conforma la identidad, restaurar las relaciones entre razón y emociones en el conocimiento y volver significativo el carácter intersubjetivo y dialéctico de la conformación de las subjetividades en el marco de fuerzas sociohistóricas estructurantes ( económicas, sociales , epistemológicas y políticas). Esto significa abandonar la percepción del sujeto como individuo, tener en cuenta la trama de relaciones en la que está involucrado, y las creencias y discursos con las que justifica sus actuaciones.
La idea de individuo con la que pensamos a las personas habitualmente es la de conciencia individual, de persona como entidad completa y autónoma, independiente de cualquier otra dimensión, y viene de la cultura romana que fue la pensó que la persona es más que un eslabón de la organización social , es un hecho fundamental de derecho, algo que debe tener el individuo.
Después se elaboró la noción moral de persona que entiende que no sólo poseemos derechos, sino que somos seres autónomos, libres y conscientes. Luego, con el cristianismo se completó la noción metafísica de persona que permite concebir el hombre en general, el hombre universal, y finalmente, los filósofos del siglo XVII y XVIII ( Descartes y Kant) convirtieron la noción en categoría ( concepto de entendimiento) y así la conciencia individual se constituyó en condición para la razón.
Entender la persona desde la categoría individuo significa despreciar los lazos de dependencia, para ponderar la autonomía, y desmerecer todo pensamiento que no se construya desde la matriz racionalista, como por ejemplo los de los sectores populares empobrecidos, que para este modelo no tienen nada para decir, o los pueblos aborígenes que operan irracionalmente.
Alojar los pensamientos otros que negó Occidente, se convierte en un desafío desde el discurso y la praxis, primero porque actualiza la conformación de sujetos significados por la diversidad, y luego porque implica un posicionamiento desde la propia experiencia histórica de pueblos subalternos y grupos sociales sometidos y marcados por el racismo. Sin embargo también hay que decir que incluir una nueva episteme, aunque es un avance no asegura una mejoría en la situación estructural de desigualdad y segregación si no se avanza en la praxis. Dar cuerpo a los diversos modos de pensar que construyen las minorías segregadas ( los pobres, las mujeres, las jóvenes adolescentes, los pueblos indígenas y afroamericanos, los del “interior”, los marginados de la economía) resulta estimulante pero es insuficiente sin la práctica política radicalizada que plantea demoler las bases que sostiene este paradigma de conocimiento y el modelo social y económico capitalista.
Hay que señalar algo crucial: todas las personas no se piensan a sí mismas con la misma escala de valores, las jerarquizaciones o la moralidad hegemónica. Existen diferentes modos de representarse a sí mismo, a la realidad, el mundo y las cosas en la sociedad. Rodolfo Kusch , en América Profunda, sostuvo que la colonización no completó su tarea en América Latina , y es posible el proceso de fagocitación en el que la filosofía del estar , propia de los pueblos americanos, intenta restituirse sobre las debilidades del ser en América. La forma de arribar a la conciencia de sí mismo que elaboró Occidente no es la única, las creaciones simbólicas de los otros, los mitos, leyendas , percepciones e incluso “las ignorancias construidas” que reconocemos en los subalternos, confieren valor y significado a la existencia humana con los aciertos y contradicciones de cualquier marco cognitivo, como los tiene el racional.
Hay distintas perspectivas que no podemos dejar de conocer y volverlas familiar; es conveniente saber que existen y que el mundo social y cultural se compone de todas ellas porque no sabemos qué necesitaremos par ser humanos en el futuro. Con estas formas de ser y estar otras tenemos que entrar en dialogo y armar lazos, por muchas razones: Por una parte, a partir de ellas sabemos que nosotros tenemos otra manera de pensar y valorar el mundo y a nosotros mismos; intercambiar con los mundos “otros” contribuye a examinar nuestros prejuicios y aporta para saber quiénes somos realmente y cómo pensamos; por lo tanto puede ser importante para modificar modos de pensar que no representan nuestra realidad o acarrean sufrimiento y se siguen sosteniendo por imposición de un paradigma hegemónico de pensamiento.
Por otra , amplía el repertorio de las maneras de resolver los problemas humanos.
El embarazo temprano de las mujeres adolescentes de los sectores populares no puede reducirse a que se piensa desde cierta visión de clase media incluida y que administra otras relaciones, valoraciones y sensibilidades con el orden socioeconómico vigente. Desde cierto sentido común se suele escuchar apreciaciones reduccionistas que entienden la maternidad producto de la desmedida ventaja que le adjudican al auxilio económico del estado, “ por cobrar el plan”, o “ porque tener sexo es lo más natural del mundo - y aquí natural equivale a animal- por lo tanto se considera que son como animales que copulan y se reproducen”, o “ porque quieren enganchar al varón” , o “ porque las mujeres son todas putas profesora” , pensamiento que no pocos varones de los sectores populares replican en muchas conversaciones.
Hay que adentrarse en sus propias visiones, conocer cómo legitiman estos comportamientos, o si lo impugnan. No conocer lo que piensan está en el orden del desprecio por sus concepciones y prácticas , o bien porque se piensa que están alienados y lo que dicen no representa lo que realmente piensan, o bien porque se piensa que los pobres son resistentes por naturaleza y todo lo que hagan será contrahegemónico. Entendemos que sus relatos tienen un nivel de reflexión y contradicción que contribuye a entender la complejidad de los embarazos adolescentes, y nos permiten entender sus prácticas en sus propios términos , desde su marco cognitivo-valorativo, no solamente desde la manipulación y alienación del contexto y la ideología del sistema.
La maternidad en las jóvenes adolescentes de los sectores populares hay que abordarla en el contexto socio-histórico de un capitalismo cuya lógica es la desigualdad y la diferenciación para excluir y apartar, y particularmente en América, con la racialización de las diferencias sociales, lo que queda en evidencia cuando observamos que los lugares peor pagados y menos valorados siguen reservados para los morochos y los embarazos tempranos a los hogares pobres. Se conoce que 9 de cada 10 madres de 15 a 19 años son del 30% de hogares de menores recursos. Esta proporción es mayor en las provincias del Chaco, Formosa, Jujuy, Misiones, Salta y Tucumán.
Embarazarse por un lado es una decisión personal, pero también es pública en tanto se produce en la intersección de las asimetrías entre hegemónicos y subalternos que produce el capitalismo. Esta asimetría recorta cierta constelación de valores, ciertas motivaciones y sensibilidades, cierta educación y consumos culturales y direcciona razonamientos y expectativas.
Sin embargo de nuestra investigación se desprende que no todas las jóvenes procesan de la misma manera la experiencia del embarazo, ni elaboran en este proceso concepciones de maternidad semejantes.
Yo lo busqué, no me cuidaba. Ciro me dijo que a él le gustaría ser papá. ( Yésica, 15 años)
Igual antes o después iba a ser mamá, las mujeres somos madres de nacimiento (Mili, 17)
No lo buscamos pero vino…Ja Ja. Ahora es mi hijo. (Noelia, 16) . Se conoce que el 67% de los embarazos de madres de 15 a 19 años no es intencional o planificado.
La antropóloga Scheper- Hughes en La muerte sin llanto enfatiza que el amor materno no es amor natural; representa más bien una matriz de imágenes, significados, prácticas y sentimientos que siempre son social y culturalmente producidos.
En los sectores populares la maternidad es un proyecto naturalizado, no es valorada negativamente; Así las distintas concepciones , como decisión, como destino, como proyecto compartido con el compañero , como accidente , se presentan como un complejo de sentimientos, reflexiones, disposiciones, evaluaciones, y también conocimiento. Las jóvenes adolescentes conciben la maternidad como algo dado a la mujer. Se constituye en un destino y en el tema central a partir del cual definen su identidad como mujer y como persona. Además, algunas jóvenes perciben su maternidad como un proyecto propio, no compartido con el compañero porque es frecuente que el varón se desentienda más temprano o más tarde.
La condena de la maternidad precoz viene más bien de los sectores medios donde no se perdona atravesar esta experiencia prematuramente teniendo a disposición otras, más ricas socialmente. Es imperdonable embarazarse cuando se puede ser una profesional, conocer el mundo, capacitarse, gozar de la cultura. En este contexto la maternidad se interpreta como un obstáculo para desarrollar proyectos de vida alternativos y precipita la interrupción de la trayectoria escolar que para estos sectores todavía brinda una segura promoción social.
El declive de la escuela como institución para los sectores populares es un punto clave porque significa la anulación de una de las pocas alternativas de promoción que el estado capitalista le tiene reservado . Al no existir movilidad social se restringen las alternativas de construcción de biografías sociales que desafíen el entorno socio-económico. La escuela ya no provee de un núcleo estable de marcos de referencia con los que los jóvenes puedan enfrentar los cambios permanentes que produce el capitalismo, porque para poder identificarse, diferenciarse, tiene que haber un núcleo básico desde el cual es posible elegir y responder a los confusos mensajes culturales.
Tampoco provee el núcleo cultural cognitivo y esto los expone con frecuencia al riesgo de la alienación y dependencia. Además hay que tener en cuenta las transformaciones de la familia como institución que debería colaborar en la construcción del sujeto ya que los procesos de crecimiento necesitan protecciones institucionales.
Hasta la década de los ´80 el universo de las mujeres, aún en los sectores populares de donde provengo, estaba amenazado por el reproche y la condena social y familiar al embarazo adolescente porque aún existía un imaginario que se sostenía en un amplio horizonte de expectativas que nuestros padres inscribían como futuro: estudiar, trabajar, hacerte un camino en la vida, superarte, irte a Buenos Aires, o a la Capital de la provincia, y lo más importante , que esta proyección se asentaba en ciertas condiciones socio- históricas que la habilitaban como posible.
Vivir en sociedad implica que las personas según la información que manejan van definiendo su forma de ser y pensar. Las adolescentes pobres , desde los primeros años se socializan en familias con embarazos numerosos y a edades tempranas. Se aprende a criar niños que son hermanos, sobrinos, primos, de madres, hermanas, tías, madrinas, y esta pauta se internaliza como una circunstancia habitual. Se cuida niños, se juega con ellos, se los atiende, se acompaña a la madre al pediatra; O bien porque la madre trabaja y los deja al cuidado de las hermanas y hermanos , o bien porque las adolescentes , por se mujeres, está entendido que deben colaborar con la atención de sus hermanos y hermanas o sobrinos. El mundo de la crianza de niños inunda las experiencias de estas jóvenes.
Esto significa que están expuestas de manera reiterada a ciertas experiencias , se repiten prácticas, modos de resolver problemas, y en estas experiencias se crean imágenes e ideas. Por su parte el contexto les propone objetos y situaciones dignas de atención, conformándose así un recorte de la realidad que va coincidiendo como fondo con los que habilita ese contexto. Paulatinamente se va instalando una visión de la realidad que no se pone en discusión, ni se problematiza : El trabajo informal escaso, la escolaridad incompleta, la violencia en la familia, la maternidad, la abuelidad temprana, la vida doméstica, van definiendo un mundo de cosas que son esperables y posibles. La reiteración de esta propuesta contribuye a que estos valores sean naturalizados y asumidos como lo dado. Constanza me confiesa que está cansada con su madre que no deja de insistirle que quiere ser abuela, cuando ella ni Jhony tienen planes de ser padres ( 19)
Los sectores populares no desaprueban la maternidad prematura. Por eso, las jóvenes si bien no buscan quedar embarazadas( el machismo arraigado impone que son los varones los que administran el cuidado en las relaciones sexuales y la joven generalmente acepta esta situación ) , cuando se enteran que lo están aceptan su embarazo e incorporan positivamente su rol materno a pesar de que lamentan que se ve alterada su vida cotidiana y sus libertades para la diversión.
Las jóvenes confiesan que les gusta verlos reír (Nina 15 ) ya no se sienten solas ( Iara, 17) No hace falta aprender, uno nace con el instinto de ser madre,( Camila 16) el amor que les da el hijo le hace sentir bien ( Manuela,17) , les gusta jugar y pelear con el niño, se divierten, la pasan bien(Gisella, 16) , les gusta ver en los niños la versión en miniatura de ella o del padre( Selena, 18) .
En estos sectores la maternidad temprana no deja de presentarse como una novedad que altera el trayecto de la vida , algunos padres se defraudan, otros no hacen comentarios, pero transcurrida la sorpresa es aceptada y se disfruta y muchas jóvenes viven con alegría y esperanza la experiencia..
En barrios con escasa inversión en infraestructura, donde las ofertas culturales están ausentes más allá de una plaza inclusiva , los intercambios sociales y culturales son en su mayoría entre miembros de los mismos sectores, con las mismas experiencias y los mismos problemas y expectativas; de manera que se compromete las posibilidades de distinguirse y afirmar proyectos alternativos, entonces , en este ámbito, para las jóvenes adolescentes el embarazo forma parte de la estructura de posibilidades .
Está claro que no se tiene un hijo porque se cuenta con ayuda del estado para sobrevivir, pero cuando se tiene contribuciones de diversa procedencia, entre ellas del estado, se puede tomar la decisión de continuar con el embarazo sin tanta zozobra porque de alguna manera con los abuelos, los padres, los tíos, los padrinos , el estado, se podrá sobrellevar. Además está la pauta cultural solidaria de que “donde comen dos comen tres” ( la madre, 31, de Noelia) o bien de algún modo nos arreglaremos, ( el padre, 36, de Cinthia) porque además de estar en desacuerdo con interrumpir el embarazo, no se muestran desesperados por los desafíos económicos que implica la novedad, ya que se sienten confiados en sus habilidades para ensayar estrategias de vida para afrontar la nueva situación. A esto contribuye una evidente red de intercambios y solidaridades.
En nuestra experiencia de campo solamente una joven manifestó que si tendría apoyo
no hubiese continuado con el embarazo porque a ella no le interesaba ser mamá y cuando lo tuvo manifestó que tener a la beba no le cambiaba en nada la situación porque se lo criaba su madre, la abuela de la niña.
Otra cuestión para tener en cuenta es que en este suelo , donde construyen su domicilio existencial las jóvenes adolescentes de los sectores populares , la juventud se presenta como un tiempo improductivo, con poca novedad y estímulos nuevos más allá de la socialización escolar que no genera arraigo ni compromiso, la vida doméstica de ayuda en la casa, y las interacciones barriales acotadas socialmente.
En el Conurbano Bonaerense y de otras grandes ciudades del país el proceso de exclusión no se ha detenido a pesar de las reparaciones sociales y de derechos, y desde tres décadas atrás por lo menos, los pobres cada vez con más frecuencia se radican en espacios alejados del centro de consumo, cultura y poder , produciéndose cierto encierro en sus universos socioculturales que no entran en contacto ni intercambio con otros sectores sociales por una suerte de territorialización de la pobreza que se ha ido profundizando. Los sectores populares producen conocimientos, piensan a su manera, son, consumen, se relacionan con los otros, se identifican con ciertos lenguajes, liderazgos, explicaciones, mitos, creencias, pero encuentran pocos espacios de confluencias con lo diverso fuera de sus barrios , y ante la falta de apertura e intercambio, social y cultural, se reafirman estos componentes como horizonte previsible de pensamiento, valores y expectativas.
No se quiere señalar con esto de que no existen intercambios y contactos, porque sí existen en las relaciones laborales, pero están encuadrados en contextos de no reconocimiento del otro y las asimetrías propias de las relaciones de explotación laboral, por lo tanto no revisten como relaciones intersubjetivas que impliquen diálogos e intercambios que refuercen o desalienten ciertas prácticas, en procesos de aprendizaje y retroalimentación simbólica, sino que por lo general es para producir o admiración desmedida o resentimiento ante el escándalo de la distancia social.
Por otra parte, la clase media no encuentra interesante lo que piensan los pobres, se le escapa que los pobres tienen su filosofía que se asienta no sólo en la experiencia y las prácticas, sino en una cosmovisión elaborada. Si los pobres ingresan en su conciencia por lo general lo hace en segmentos de cierta clase media , que se considera ideológicamente progresista y que no se aparta de incluirlos desde una conciencia culposa, o bien como sujetos valiosos para que se instalen políticas reformistas que legitiman como males menores.
Por otra parte el imaginario de la universidad aún no está extendido entre nuestros jóvenes de familias pobres, donde sobresale la posibilidad de trabajar en la Capital tal vez cuidando un abuelo/a; en una casa de familia o limpiando oficinas. La trayectoria de la profesionalización no está instalada , pocas familias cuentan con recursos materiales y simbólicos para aventurar un salto imaginario , además estos desafíos se retroalimentan de una prédica del sacrificio, el esfuerzo y la constancia, para un fin que se demorará y no tiene garantías, por lo que tiene fuertes obstáculos para que la apuesta sea un ensayo que se inscriba como concreto y posible.
A su vez , en las últimas décadas los jóvenes se ven expuestos de manera creciente a mensajes sexuales a través de la música, la pantalla, los videos que comparten, donde el sexo aparece sin trabas y sin consecuencias para el embarazo, es decir se trasmite una imagen del sexo como placer inexorable sin consecuencias.
Entonces, concebir la maternidad como la posibilidad más cercana está en estrecha relación con su situación socio-económica de pobreza y vulnerabilidad social, pero no solamente. Miguez y Semán ( 2006) distinguen para los sectores populares una matriz alternativa que los representa donde sobresalen actitudes y valoraciones que se constituyen en componentes diferenciales . Se trata de un conjunto de mandatos, pautas culturales, comportamientos afectivos y sexuales que guían percepciones, sensibilidades, conocimientos y emociones, y que son producto de reelaboraciones del sistema hegemónico.
Reconocer que la lógica de pensamiento de las jóvenes más o menos adolescentes está condicionada por el contexto más amplio de desigualdad y pobreza, no implica que todo el tiempo sean objeto de presión y manipulación de este entorno sino que también son sujetos, que como todo el mundo, hacen algo consigo mismo, toman decisiones, responden, niegan, dudan, manipulan la realidad, se enfrentan a las presiones, a los mensajes del entorno según sus capacidades para discernir la realidad y encausarla en cursos de acción. Las personas controlan algunas variables y otras no, por lo tanto tienen márgenes de maniobra , de manera que no se puede negar su carácter de agente aunque esto no significa que puedan gobernar la realidad como deseen. Algunas jóvenes siguen estudiando, otras no, algunas buscan trabajo y colaboran con la familia y otras no, algunas no abandonan las diversiones adolescentes y otras se comprometen con el cuidado de manera responsable, algunas entablan una relación cordial con la familia del padre y otras la rechazan, algunas obtienen la colaboración del compañero y otras no, etc.
Es aceptado que las personas de los sectores populares son creativas y habilidosas para maniobrar las restricciones económica, manejar la inseguridad y la inestabilidad de la pobreza, y así correr los márgenes del acotamiento estructural. En este proceso de corrimiento de márgenes tienen relevancia y funcionalidad la fortaleza simbólica de proyecciones y expectativas que pudieron generar el paso por las pocas instituciones que atravesaron, o acontecimientos que marcaron sus vidas , la oportunidad de encontrarse con agrupamientos sociales o de resistencia que movilice nuevas motivaciones, de haber sido marcadas por algún profesor o profesora, o las charlas intimistas con una abuela, una tía, los intercambios con una amiga, la capacidad de administrar relaciones sociales, de aprovechar entornos barriales, las creencias, entre otras cosas. Estos componentes aleatorios hacen a la diversidad dentro de los propios sectores populares.
Para una joven adolescente de los sectores populares, el embarazo abre un futuro que no estaba antes en torno a una nueva condición, de madre, y la alegría de la compañía del hijo. El embarazo representa la ruptura de la continuidad de la falta de expectativas donde no existen claras señales de transformación de la realidad y este nuevo rol tiene sus recompensas.
El hijo se convierte en el motor de una nueva realidad: alimentación, atención, cuidado, compañía, alegría; alguien a quién dedicar su vida. Es el destino de todas sus energías y ocupación, restaura la esperanza y el porvenir.
Por otra parte Implica autoafirmación y realización personal. La joven se reposiciona en su entorno porque es fuente de reconocimiento y estatus familiar. Incluso mejora la comunicación con la madre con quien comparte conocimientos y experiencia, adquiere nuevos derechos que se exponen en la Salita, el hospital, la oficina de minoridad y familia, la escuela, y el vecindario que suele preguntar por su estado, si sabe el sexo, cómo se va llamar, los regalos que recibe o los que se transfieren del entorno familiar. Todas las operaciones, las relaciones, los mitos sobre el crecimiento, cuidado, pedagogía del infante ponen en movimiento actos, pensamientos, intercambios familiares, vecinales amistosos, con las maestras, con los médicos. Como persona adquiere visibilidad y respeto en tanto ahora se la interpela como madre, con indicaciones o con elogios que hacen que viva un nuevo estado de cosas que la moviliza social y subjetivamente.
Sin embargo esto no debe ocultar que el embarazo adolescente supone una situación de opresión y desigualdad para estas jóvenes , si el proyecto de vida está ligado a la maternidad es por la falta de oportunidades profesionales y educativas que termina imponiendo la maternidad como destino. Está comprobado que en familias donde la escuela marca socialmente y existe una valoración de ésta se registran otras prácticas reproductivas; un embarazo adolescente no es una situación ideal porque estas jóvenes tienen mayor probabilidad de estar fuera del mercado laboral lo que con tribuye a la reproducción de la situación de pobreza.
Pero más allá de esto nuestra concepción se sostiene en la familia nuclear burguesa, de clase media y patriarcal, que tiene pocos hijos para invertir a fondo en ellos, nos dice Scheper Hughes (1997); sin embargo este modelo resulta ajeno a las mujeres de sectores populares en condiciones de pobreza. Por otra parte vemos que existe una suerte de relajación de la presión de la ideología burguesa con su cánon familiar, su patrón de comportamiento y moralidad por las luchas emprendidas por las mujeres y por la debilidad de las instituciones del estado que respaldó este paradigma. Las instituciones del estado burgués , han respondido a las presiones sociales otorgando derechos a las mujeres que les permite ampliar sus prácticas y remover sujetamientos; esta operación al mismo tiempo que vuelve controlables a las poblaciones, también facilita que presente demandas y derechos, es decir incrementa su poder, lo que en sectores populares se presenta como condición para manifestarse en sus propias pautas reproductivas, aún cuando los prejuicios de la sociedad las descalifica. Los avances políticos y sociales en la consideración de los sectores segregados y en situación de vulnerabilidad son un sustrato en el que se pueden afirmar visiones y prácticas sectoriales que se mantenían sin reconocimiento.
Desde una perspectiva política, podríamos interpretar que estas prácticas reproductivas rompen con lo esperado para una joven desde la normatividad social hegemónica , que es forzada e impostada porque no están las condiciones para cumplirlas. No es aventurado interpretar que probablemente estas prácticas nos están discutiendo este perfil lógico y racional de una clase media socialmente integrada , diseñado desde una visión y programa que nunca los incluyó integramente.
Es necesario distinguir entonces la preocupación por las consecuencias sociales de la maternidad precoz que profundiza la pobreza y postergación de las jóvenes , de la otra preocupación por el control de la calidad de los individuos que se reproducen. Qué señales, qué códigos, que esperanzas, qué motivaciones, que sueños, qué trabajos, qué cuidados, que crianza amorosa se les proveyó para que no queden dudas de que estudiar para progresar merece la moratoria de la maternidad
Lo cierto es que son prácticas que vinieron para quedarse . Tal vez habrá que admitir que no resulta necesaria una maternidad ideal y prefigurada, sino que tenemos la oportunidad de abrirnos a un estado primordial de múltiples maternidades disponibles para escogerse según las circunstancias. En este siglo, nuevas identidades, nuevos clivajes entraron en escena como jerga dentro del lenguaje de derechos, también las visiones y prácticas de los sectores populares y esto particularmente desestabiliza seguridades de clase , espacios sociales, normatividades, disputa recursos y lugares en el estado. Se trata también de una disputa de poder , de espacios sociales, de distribución de recursos, de reconocimiento y de un paradigma de pensamiento .


























BIBLIOGRAFIA
Gruzinski,S.(1991) La colonización de lo imaginario. México. Fondo de Cultura hegemónica.
Manzini I. 2007. “ Madres moderna: Entre mandatos y libertade”. En Familia , Hábitat y sexualidad Ob. cit
Miguez,D. y Semán, P. 2006. Entre santos, cumbias y piquetes. Las culturas populares en la Argentina reciente.Buenos Aires. Editorial Biblos
Wang, E. 2007. “ Modelos de maternidad: conflictividad en la relación entre médicas y pacientes” en Familia, hábitat y sexualidad en Buenos Aires. Ob.cit;.
Zicavo E; 2007. “ El embarazo adolescente en la Villa 3” en familia, hábitat y sexualidad en Buenos Aires., Buenos Aires, Ed. Biblos
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